jueves, 22 de julio de 2010

la Dama

El reloj marca las doce, la sombra en la pared del pasillo. La dama cocina pescado caída la noche, corta pimiento mirando al vació. La dama suda caída la noche. La dama sufre por los oídos, ni ronquidos, ni un leve sonido, teme el crujido de la puerta. La dama se inquieta por el silencio, el reloj marca, la dama enchufa la radio, no calma al guardián de su tímpano, la mirada de su oído alerta al crujir de la puerta. La dama cocina pescado caída la noche, la dama mira al vació, su oreja despierta, el guardián de su oído se alerta. El corazón de la dama suda escalofríos, a la dama se le hinchan las venas. La dama cocina pescado caída la noche, la dama aprieta el cuchillo, se oye el crujido de la puerta , la dama se tensa en los hombros, suena el chirrió de la cazuela. La dama nota el temblor de sus pasos, cocina pescado abierta la noche, la dama se mira en el reflejo del cuchillo, aprieta sus manos. Sangre en sus palmas. La dama se corta con el filo de sus uñas. Sus pasos abren sonidos mas fuertes y la dama se inquieta. La dama corta pimiento mirando al vació, el cuello de la dama tiene un leve silbido, su nariz degusta el olor de un hermoso vino. La dama no bebe vino. Sus piernas tiemblan, su ojos arrancan y corren, al lugar mas sombrío. La dama corta pimiento mirando al vació, sus labios degustan el sabor del vino. La dama arranca su alma, se oyen ronquidos, la dama relaja sus oídos. La dama llora en el lugar mas frió, cocina pescado caída la noche. Corta pimiento mirando al vació. y el reloj, el reloj marca las doce.

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